¿Acabas de comprar un departamento? Pues, ahora que ya vives de manera independiente, es momento de tomar responsabilidades mayores, como pagar tus propias facturas de electricidad. Aunque no hay que asustarse, tus hábitos energéticos pueden afectar en la factura mensual.
Dependiendo de la temporada y la cantidad de uso, la factura de la luz puede descontrolarse rápidamente. De hecho, la electricidad alimenta casi todo en un hogar moderno, desde los electrodomésticos hasta el aire acondicionado y las luces. A continuación, veremos las formas más comunes de ahorrar energía y dinero en la factura de la luz.
1. Utiliza focos ahorradores
Los focos ahorradores son más eficientes y duraderos que los focos incandescentes. Aunque los focos incandescentes son más baratos, consumen mucha energía y tienen una vida muy corta. En cambio, los focos de bajo consumo utilizan un 80% menos de energía que los incandescentes y pueden ayudarte a ahorrar mucho más dinero al año.
Por ello, te recomendamos que sustituyas las luces que más utilizas por focos ahorradores, como LED o CFL, ya que estos consumen menos electricidad. Este es uno de los cambios más rápidos y económicos que puedes realizar para reducir los costos en la factura de la luz.
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2. Ajusta la terma eléctrica
La mayoría de las termas eléctricas están diseñadas para mantener el agua a una temperatura determinada, tanto si se utiliza como si no. Si no cuentas con un termo eléctrico, puedes instalarlo, pero si tu departamento ya cuenta con una, considera que esta se encuentra en funcionamiento aun cuando no la estés utilizando.
Por este motivo, te recomendamos bajar la temperatura de tu terma eléctrica y subirla de ser necesario. También, podrías ahorrar agua caliente lavando la ropa en frío en cargas completas. Con el agua caliente conservada, tu terma eléctrica no tendrá que calentar tantos litros adicionales.
3. Utiliza el aire acondicionado o la calefacción solo en las habitaciones en las que estás presente
Tanto los ventiladores de techo como el aire acondicionado consumen energía, pero realmente ayudan cuando el calor es abrasador. Pero, ¿por qué mantenerlo en funcionamiento cuando no estás en casa? No desperdicies la preciosa calefacción o el aire acondicionado en las habitaciones que no utilizas.
Por ejemplo, si la sala no es un espacio en el que sueles pasar tiempo, es mejor pasar tu ventilador a tu habitación u otro lugar en el que sí te encuentras la mayoría del tiempo. Del mismo modo, es importante que recuerdes apagar las luces cuando sales de una habitación, ya que esto también reduce su uso.
4. Invierte en electrodomésticos aprobados por Energy Star
Los electrodomésticos con certificación Energy Star son aquellos que cumplen con ciertas normativas de eficiencia energética. Todos los artefactos eléctricos que cumplen esta certificación pueden ahorrar hasta un 30% en la factura de electricidad.
Por ello, te recomendamos que consideres la posibilidad de sustituir tus electrodomésticos de cocina por modelos más nuevos, que son más eficientes desde el punto de vista eléctrico. Esta gran inversión acabará en un ahorro a largo plazo, teniendo en cuenta que tu factura de la luz disminuirá.
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5. Limpia los filtros y el horno
Si no quieres reemplazar tus viejos electrodomésticos, puedes hacer que los que ya tienes funcionen mejor. Hay muchos artefactos que tienen filtros de aire que pueden estar sucios. Esta suciedad se acumula y jala más energía a largo tiempo.
Por ejemplo, la secadora de cabello. Para sacar más provecho de tu secadora, limpia la pelusa de sus filtros periódicamente. También, realizar la limpieza del horno y las rejillas de ventilación, te ayudará a reducir el consumo de energía. La calefacción y la refrigeradora también necesitan una limpieza para que fluya mejor el aire con un menor consumo de electricidad.
6. Cuida bien de tu refrigeradora
La refrigeradora es el electrodoméstico que más energía consume en la cocina. Si puedes sustituirlo por un nuevo modelo más eficiente desde el punto de vista energético, ¡genial! Si no, no pasa nada. En cualquier caso, asegúrate de limpiar las bobinas dos veces al año. Si mantienes esta práctica, mejorarás la eficiencia de tu refrigeradora en un 40% aproximadamente.
Además, mantener la refrigeradora y el congelador lleno no solo beneficia a tu estómago. Estos aparatos funcionan mejor cuando están siendo ocupados, así que si tienes algún espacio vacío, llena tu nevera con recipientes de agua y tu congelador con bolsas de hielo.
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Como puedes ver, hay muchas maneras de ahorrar energía. Con algunas inversiones y pasos sencillos, puedes reducir el costo de la factura eléctrica de tu departamento y ayudar al planeta. ¡Esperamos que esta información te haya sido de ayuda!
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